Científicamente correcto

Per Ramón Mingarro Traver

Los catalanes cuando no tienen ya más argumentos para defender sus tesis, sentencian simplemente con la frase "lo científicamente correcto es... tal palabra" y ya se creen igual que el Papa, o sea infalibles. Querer defender una tesis con las palabras "científicamente correcto" más bien quiere decir todo lo contrario. Si se puede asegurar algo en la historia de la ciencia, del significado científico, es que es intrínsecamente imperfecto; las palabras "científicamente correcto", es, pues casi siempre, provisional, porque puede ser incompleta, incorrecta, desechable o mejorable. Y nunca es una palabra como ellos pretenden, como que ya está todo claro, resuelto y aceptado. En ciencia cada nueva teoría desdice o supera a la anterior.

Cuando yo estudiaba existía el bachiller, y en mis tiempos era más fácil todo, o estudiabas ciencias o letras. Letras eran idiomas, filosofía, psicología, etc...; y ciencias era matemáticas, química, arquitectura, etc... Por lo tanto querer defender letras con la palabra ciencia, en principio hasta hace muy poco no era asociable, no se decía nunca, científicamente la palabra es... tal; sino que se decía, según el diccionario tal, o el lingüista cual, pero nunca se decía científicamente. Por cierto ahora mis hijos, hay tantas variedades en los estudios, que la verdad es que no sé lo que estudian; total para ser unos incultos y acabar sin saber el río que pasa por Londres, la capital de Argentina, el pico más alto de Europa o quién era el gran capitán, o los carlistas.

Yo soy un simple bachiller, y sé poco; lo que me apena muy, mucho; es que no exista una Academia de la lengua valenciana o una Universidad de filología en Valencia que tenga la libertad de estudiar, desarrollar, investigar y llegar a puntos mas abiertos, y con miras más universales (de ahí viene la palabra Universidad), y simplemente sean unas marionetas en manos del nacionalismo-capitalismo catalán.

Veamos en la historia de la ciencia, lo que en su tiempo era lo "científicamente correcto", en los que hay casos por ignorancia, otros por mala fe, o por leyendas que se aceptan.

- Cuando construyeron los primeros ferrocarriles, éstos no debían pasar de 30 km/hora, porque "científicamente" a mayores velocidades se podían dañar algunos órganos del cuerpo. Por lo que según aquellos científicos, Armstrong, Collins y Aldrin, todavía estarían de viaje a la luna.

- Durante más de dos siglos, los científicos le atribuyeron a Venus un satélite que no existe, empezó en 1672, con el astrónomo Gian Domenico Cassini; prestigiosos astrónomos publicaron sus teorías en estos cientos de años, hasta que en 1884, M. Hozeau del real observatorio de Bruselas, dijo que en realidad no era un satélite sino un planeta independiente.

- Durante 1.200 años Italia fue gobernada por la Iglesia, gracias a un documento atribuido a Constantino I, el primer emperador de Roma cristiano; agradecido por haber sido curado de la lepra por el Papa Silvestre I. Lo cierto es que dicha donación es un documento falsificado entre los años 750 – 800.

- Una popular y que sabemos todos, hasta hace cuatro días la sardina “científicamente”, para los que tenemos colesterol era veneno y ahora resulta que es milagroso.

- Una de leyenda, las cuatro barras. Cuando los normandos atacaron al rey franco Ludovico Pío, solicitó ayuda al conde de Barcelona Wifredo el velloso, (Cataluña no existía en aquella época) tras la batalla, Wifredo quedó herido de muerte; el rey tocó con sus dedos la sangre del conde y con esta hizo las cuatro rayas rojas de sus dedos sobre el escudo dorado de entonces. Pues resulta que cuando Wifredo era conde de Barcelona, (878-897). Ludovico ya había muerto, y la batalla a la que se alude jamás existió, y por último en España no hubo heráldica hasta el siglo XII. O sea que la bandera del condado de Barcelona y de la corona de Aragón, es de origen desconocido. (Bandera que ahora les han usurpado los catalanes, lo mismo que a los valencianos nuestros clásicos).

No sé si los integristas, cuando usan la palabra "científicamente", saben exactamente lo que están diciendo, en lo que a mi respecta no me acomplejarán, pues como queda explicado, esta palabra no sentencia nada, más bien todo lo contrario, invita a la discusión.

Ramón Mingarro Traver. Burriana 2010.

Cientificament correcte (traduccio al valencià)

Els catalans quan no tenen mes arguments per a defendre les seues tesis, sentencien simplement ab la frase “lo cientificament correcte es… tal paraula” i ya se creuen com el Papa, o siga infalibles. Voler defendre una tesis ab les paraules “cientificament correcte” mes be vol dir tot lo contrari. Si es pot assegurar alguna cosa en l´historia de la ciencia, el significat cientific es intrinsecament imperfecte; les paraules “cientificament correcte”, es, puix quasi sempre, provisional, perque pot ser incompleta, incorrecta, rebujable o millorable. I mai es una paraula com ells pretenen, com que ya està tot clar, resolt i acceptat. En ciencia cada nova teoría desdiu o supera a l´anterior.

Quan yo estudiava existia el bachiller, i en el meu temps era mes facil tot, o estudiaves ciencies o lletres. Lletres eren idiomas, filosofia, sicologia, etc… ; i ciencies eren matematiques, química, arquitectura, etc… Per lo tant voler defendre lletres ab la paraula ciencia, en principi fins fa molt poc de temps no era asociable, no es dia mai “cientificament la paraula es…”; sino que es dia, segon el diccionari tal, o el llingüista qual, pero mai es dia “cientificament”. Per cert ara els meus fills, n´hi han tantes varietats en els estudis, que la veritat es que no se lo que estudien; total per a ser uns incults i acabar sense saber el riu que passa per Londres, la capital d´Argentina, el pic mes alt d´Europa o qui era el gran capità, o els carlistes.

Yo soc un simple bachiller, i se poc; lo que m´apena molt, massa; es que no existisca una Academia de la Llengua Valenciana o una Universitat de filologia en Valencia que tinga la llibertat d´estudiar, desenrollar, investigar i aplegar a punts mes oberts, i finalitats mes universals (d´ahi ve la paraula Universitat), i simplement siguen uns porritos en mans del nacionalisme-capitalisme catala.

Vejam en l´historia de la ciencia, lo que en el seu temps era lo “cientificament correcte”, a on n´hi han casos d´ignorancia, atres de mala fe, o per llegendes que s´acceptaven:

-     Quan construiren els primers ferrocarrils, estos no devien de passar de 30 Q/h., perque “cientificament” a majors velocitats podien danyar-se alguns orgens del cos. Per lo tant segons aquells cientifics, Armstrong, Collins i Aldrin, encara estarien de viage cap a la Lluna.

-     Durant mes de dos sigles, els cientifics atribuien a Venus un satelit que no existix, començà en 1672, ab l´astronom Gian Domenico Cassini; prestigiosos astronoms publicaren les seues teories durant cent anys, fins que en 1884, M. Hozean del real observatori de Bruseles, digué que en realitat Venus era un planeta independent.

-     Durant 1.200 anys Italia fon gobernada per l´Iglesia, gracies a un document de Constanti I, el primer emperador cristia de Roma; agrait per haver segut curat de llepra pel Papa Silvestre I. Lo cert es que eixe document dels anys 750-800 es fals.

-     Un dit popular i que sabem tots, fins fa quatre dies, la sardina “cientificament”, per als que tenim colesterol era veri i ara resulta que es miraculosa.

-     Una atra llegenda, les quatre barres. Quan els normandos atacaren al rei franc Ludovico Pío, demanà ajuda al comte de Barcelona Wifredo (Catalunya no existía en aquella epoca) que despres de la batalla, Wifredo quedà ferit de mort; el rei tocà ab els seus dits la sanc del comte i feu les quatre ralles roges sobre l´escut dorat d´aquell. Puix resulta que quan Wifredo era comte de Barcelona (878-897), Ludovico ya havia mort, i eixa batalla mai ha existit, i per ultim en Espanya no havia heráldica fins al sigle XII. O siga que la bandera del Comtat de Barcelona i de la Corona d´Arago, es d´orige desconegut (Bandera que ara els catalans han furtat, lo mateix que als valencians els nostres classics).

No ho se si els integristes, quan ampren la paraula “cientificament”, saben exactament lo que estan dient, en quan a mi respecta no m´acomplexen, puix queda ben explicat, que eixa paraula no sentencia res, mes be tot lo contrari, convida a la discusio.

Ramón Mingarro Traver. Burriana 2010.

cites

Nadie podrá asegurar que el valenciano y el mallorquín sean dialectos del catalán en el verdadero sentido de la palabra. Los tres se han desarrollado con absoluta simultaneidad de tiempo y divergencias léxicas, sin influirse mutuamente
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