Los Carreres: tres generaciones de académicos de cultura valenciana

Per Federico Martínez Roda

La Historia se construye generación tras generación, es decir, en diversos escalones en los que coincide la trayectoria vital de los hombres y el tiempo histórico. Precisamente en el tiempo histórico está la clave de la afinidad de los hombres de una generación, porque entre ellos pueden ser muy distintos, pero se ven obligados a vivir en un mundo que tiene una forma determinada y única. Al decir generaciones no nos referimos a las minorías de los “hombres con Historia”. Al contrario, hemos de procurar representar a la vez a todos los hombres, ya que como escribió Juan Reglá, maestro de tantos historiadores que estudiamos el periodo 1968-1972, años en los que fue catedrático de Historia Moderna en la única universidad que había en Valencia: “las generaciones son los escalones en los cuales coinciden la trayectoria vital de los hombres –de todos los hombres- y el tiempo histórico”. Otra cuestión es que el tiempo “corra más deprisa” para los que tienen un mayor grado de formación que para otros, pero eso ya forma parte de otra problemática. Con los Carreres encontramos tres generaciones seguidas de valencianismo cultural que se plasmó en una actividad de más de cien años: iniciada por Francisco Carreres Vallo, nacido en Carcagente en 1858, continuada por su hijo Salvador Carreres Zacarés y culminada por su nieto Francisco Carreres de Calatayud. Con las singularidades de cada uno, su gran aportación de conjunto fue el estudio de los escritores valencianos que contribuyeron al esplendoroso Siglo de Oro español, en especial Gaspar Aguilar. Valencia, que había tenido su particular Siglo de Oro en el siglo XV, no podía estar al margen, y no lo estuvo, del Siglo de Oro de la literatura española y los Carreres se interesaron por este tema y lo estudiaron con rigor. Veámoslo.

Primera generación de académicos

Francisco CARRERES VALLO (1858-1936) fue Presidente de Acción Bibliográfica Valenciana hasta 1936. Dedicó su vida a la creación de una importante biblioteca de temática valenciana, en especial de documentación relativa a las fiestas y solemnidades religiosas celebradas en la Ciudad y el Reino de Valencia. Todo este material pudo ser aprovechado por su hijo Salvador Carreres Zacarés que lo utilizó en la obra Ensayo de una bibliografía de Libros de Fiesta celebradas en Valencia y su antiguo Reino (1925).

Por su parte Francisco Carreres recuperó y publicó textos inéditos de los poetas y dramaturgos Andrés Rey de Artieda (Valencia 1544-1613) y Gaspar Aguilar (Valencia 1561-1623). Estos trabajos estaban escritos en castellano lo que no fue obstáculo, para que fuera un ratpenatista convencido. En 1897 formaba parte de la junta directiva de Lo Rat Penat, presidido por Honorato Berga. El 11 de noviembre de 1910 fue elegido como presidente Vicent Dualde i Furió, creó nuevas secciones como la de Estudios folklóricos y la de Iconología, en este equipo directivo de Lo Rat Penat en el que se encontraban Leopoldo Trénor, Francesc Badenes, Pascual Cruz, Severi Guastavino, Pere Bonet y Vicent Salvá como bibliotecario, también estaba Francisco Carreres.

La segunda generación

Salvador CARRERES ZACARÉS (1882-1963) Doctor en Filosofía y Letras y Licenciado en Derecho. Director del Archivo del Ayuntamiento de Valencia. Escribió numerosos artículos científicos, especialmente en las revistas El Archivo, Acción Bibliográfica Valenciana, Archivo de Arte Valenciano y Saitabi.

Su producción científica se prolongó a lo largo de cincuenta y cinco años. Su primera obra fue su tesis doctoral: Los tratados entre Castilla y Aragón. Su influencia en la terminación de la Reconquista (1908). Después publicó una serie de trabajos influídos por el magisterio de Roque Chabás: Les falles de San Josep, Datos de la historia de Carcagente, Dietarios valencianos y El padre Mulet. Gracias a las fuentes procedentes del Archivo del Ayuntamiento de Valencia y de la biblioteca de su padre: Francisco Carreres Vallo, publicó Ensayo de una bibliografía de Libros de Fiesta celebradas en Valencia y su antiguo Reino (1925). Además publicó: Notes per a la història dels bandos de València (1930), Llibre de memòries de diversos sucesos e fets memorables de coses senyalades de la Ciutat i Regne de Valencia (1308-1664). Ab una introducció y notes (1930), Los misterios del corpus de Valencia (1956), La Taula de Canvis de Valencia, 1408-1719 (1957) y Luis de Santángel (1963). Fue Cronista Oficial de la ciudad de Valencia.

Las Normas del 32

Salvador Carreres Zacarés, en 1932, como consecuencia de la preocupación por la normativa ortográfica firmó junto con Francesc Martínez Martínez, Lluis Fullana, Teodoro Llorente Falcó, Leopoldo Trénor, Ignacio Villalonga, Lluis Cebrián Mezquita, Emili Cebrián Navarro, Lluis Cebrián Ibor, Nicolau Primitiu Gómez Serrano las famosas “Normas de Castellón”. La firma de las Normas del 32 sólo puede ser interpretada en clave ortográfica y gramatical no en clave política expansionista. Y no puede ser interpretada en la segunda clave porque las tesis fusterianas no habían surgido. Hasta 1962 en que el libro Nosaltres els valencians sembró la semilla de la discordia entre los valencianos, porque convenció a una parte de ellos, pequeña pero muy activa y académicamente bien instalada, no había ningún problema de sentido de pertenencia.

Con la propuesta fusteriana de adscripción catalana de lo valenciano, treinta años después de las Normas de Castellón, los temas ortográficos y gramaticales, dejaron de ser temas estrictamente filológicos para convertirse en claramente políticos porque detrás de la filología había, y hay, un proyecto de integración política ajeno a lo que ha sido el pasado valenciano y a sus características presentes. Nada de esta semilla de la discordia se puede achacar a los firmantes de las Normas del 32 porque no podía prever que sus posturas normativas de la lengua valenciana, iban a ser posteriormente utilizadas como bandera de ruptura con lo que siempre había sido Valencia, en su individualidad regnícola, para integrarla en unos imaginarios “països”.

La tercera generación

Francisco CARRERES DE CALATAYUD (1916-1987). Licenciado en Derecho y Doctor en Filosofía. Profesor de inglés en el Instituto de Bachillerato de Luis Vives y en la Universidad de Valencia. Fue Director del British Institute de Valencia. Extraordinariamente precoz, con quince años colaboró en la revista Acció Valenciana, y en 1931 publicó un estudio sobre “El Procurador de los Miserables”, en Anales del Centro de Cultura Valenciana. Publicó, antes de cumplir veinte años, varias narraciones en valenciano y una novela titulada El cavaller del dubte (1933). De su obra posterior destacan los estudios literarios plasmados en los libros Las fiestas valencianas y su expresión poética (1949) y Las obras de Ausias March traducidas por Jorge de Montemayor. En 1951 recuperó y prologó la obra de Gaspar Aguilar: Rimas humanas y divinas y, posteriormente, tradujo del inglés Asesinato en la catedral de T.S. Eliot. Fue miembro del Queen’s College de Oxford.

Francisco Carreres Vallo, Salvador Carreres Zacarés y Francisco Carreres de Calatayud, han sido el único caso en el que abuelo, hijo y nieto han sido miembros de número de la Real Academia de Cultura Valenciana.

cites

Los dialectos de la lengua lemosina son la catalana, valenciana y mallorquina. La catalana ha recibido muchos vocablos de la francesa; la valenciana, de la castellana; la mallorquina se llega más a la catalana por ser hija de ella. De todas las tres, la más suave y agraciada es la valenciana y no me lo hace decir la pasión
Gregori Mayans i Ciscar

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