Las putas del diario “Levante” y las niñas de EGB

Per Ricardo García Moya

Tiempos difíciles. Al gravísimo problema del vuelo de los trajes de valenciana (a mí me gustan, son majestuosos), denunciado por el diario progresista Levante, hay que sumar el de la competencia del panga vietnamita, el boji tibetano y la oferta de chinitas putas, con arte aprendido desde la tierna infancia. La Generalitat del PP, siempre al servicio del pueblo, se ha puesto en pie y vagina de guerra. Según parece, la sutil campaña de fomentar la vocación de cierto oficio desde la edad escolar sería llevada a cabo de forma discreta, por temor a reaccionarios como Sentandreu o Alfonso Doménech, políticos de CV, a quienes el medio progresista acusa de “denigrar a Zapatero” en un cartel con su “rostro apalizado” (Levante, 23 / 3/11).

Hacen bien en criticar a estos blaveros, estamos en democracia; pero, por favor, aunque el diario putesco sea prensa del Grupo Moll de Cataluña (¿o es Prensa Ibérica, o Valenciana, o Alicantina, o...?¡Tienen más franquicias que Zara y Batasuna juntas!), no nos apaleen el idioma español con repugnantes catalanismos como “apalizado”. La casilla semántica del verbo transitivo “apalizar” corresponde en español a “golpear” o “apalear”. Este engendro, puesto de moda entre la intelectualidad progresista y putera, es barbarismo (del cat. ‘apallissar’) introducido per escritores catalanes como Goytisolo, Montalban o Marsé, que escribían en castellano: “¿No sabes que al Artemi lo están apalizando?” (Marsé: Si te dicen que caí, 1973).

La Generalidad del PP no puede crear en estos tiempos de austeridad una Cátedra Pajillera Hermanos Lapiedra (Pablo y Ramiro), ni un servicio a domicilio para que las niñas de 12 a 16 años conozcan el léxico y las posibilidades de una profesión de éxito, sobre todo en políticos y directivos de Cajas de Ahorro (se de una, ahora agonizante, que cerraba un puticlub en Murcia el fin de semana para sus ‘economistas’). No obstante, da la impresión de que la Generalitat del PP y el diario Levante, abanderando la lucha por los derechos de la infancia y, quizá, preocupados por el alto índice de paro y absentismo entre las estudiantes de EGB y Bachillerato, ofrecen medios para fomentar una doble penetración vocacional hacia los dos oficios de más demanda en el Reino de Valencia: putas y catalaneros.

Desde hace años, con subvenciones directas e indirectas de publicidad institucional, los centros de EGB y Bachillerato reciben puntualmente fardos de periódicos para el alumnado (el profesorado tiene pelas para comprar el que desee), como el progresista “Levante”, donde las niñas de 12 a 16 años pueden aprender sofisticadas técnicas de la prostitución. También reciben gratis (pagados con nuestros impuestos y con el níhil óbstat de Font de Mora, supongo), otros diarios como EL Mundo, El País, La Verdad; pero, sin comparación, son más cutres y no informan a las niñas sobre sutilezas, precios, recursos y placeres del puterío de la Alianza de Civilizaciones: el japonés, tailandés, ruso, cubano, francés, turco, maorí, griego... desde 15 euros. També n’hian servicis en valenciá, pera mosatros, com el d’una sinyora de Gandía que presumix de fer un bon treballet: “Gandía grao, madurita, valenciana, cincuentona. ¡Bona faena!. Cariñosa, complaciente...” (Levante, 23 /3/ 11). Obsérvese que usa el valenciano clásico “faena”, no la corrupción catalana “feina”. Respecto al diario Las Provincias, semea (‘hijo’, en vasco) de Vasconia, por temor a la santa amatxo, anuncia cosas como “chico busca chica”. Es decir, sin nyaca nyaca, foki foki o pumba pumba. Nada que ver con la audacia y claridad del Levante.

Hace tiempo, una empleada de limpieza de mi instituto nos llamó para que viéramos lo que ella consideraba “un escándalo”. Aparte de algún condón usado en rincones estratégicos del edificio, en el servicio de alumnas podía leerse todo tipo de frases más que eróticas, pero que tenían un paradigma literario: los consejos publicitarios de putas y bujarrones de los diarios progresistas como el “Levante”, a disposición de las niñas de los institutos de la Generalidad del PP. Allí conocen que, cuando sean “universitarias” como “Sofia y Rebeka”, podrán ganar “200 euros” por servicio. Si son sindicalistas y quieren ayudar al proletariado, el menú del día será más económico: “Universitarias alocadas. Ofrecemos..., 20 euros, lujo” (Levante, 23/ 3/11). Si alguna niña tiene dudas respecto a sus conocimientos puteros en un futuro cercano, no pasa nada; el progresista diario publicita casos similares: “Ana, universitaria, inocente, ganas de aprender, 20 euros” (Levante, 23/3/11). Lo principal, claro, son las ganas de aprender. Debe ser tan divertido que, alguna de las mayorcitas, esperará ansiosa unos meses para lograr la beca Erasmus y viajar a Bélgica, Londres o París para jugar a putas, como el reciente caso de la millonaria universitaria que ejercía por placer en la Ciudad Eterna.

Además de analizar artículos en catalán del diario del autoodio al valenciano, las alumnas observan que las ofertas de trabajo más abundantes son las de putas muy jóvenes: “Se necesitan señoritas de 18 años, Buenos ingresos y buen trato”, “Urgen señoritas de 19 años...”, “Solicito señoritas de 18 años...”, “Urgen señoritas liberadas, mucho trabajo...” (Levante, 23/ 3/ 2011). No hace falta preparar oposiciones, doctorado, máster, etc. ¿Para qué van a estudiar Teleco o Bioquímica?. Probablemente, más de una puta valenciana dará gracias al “Levante” y a la Generalidad del PP por haber despertado en ella su vocación progresista. Las niñas de 12 a 16 años, entre risitas y guiños, alimentan su fantasía con especialidades que pueden escoger en un futuro cercano, y que pueden leer en el diario que les ofrece la Generalidad del PP: “tetona, completísima. Griego, lésbico, doble penetración, tornillo, beso negro, fisting...” (Levante, 23/ 03/ 11). ¡Qué sugerente lo de la “doble penetración” para juegos gramaticales!. Al desconocer el latín, las niñas confunden significado y étimo, asociándolo al pene: -¿Será de pene + tracción?, dice Huiseta; o, según Blayeta, ¿tendrá algo que ver con Penélope Cruz? .

No es de extrañar que, el fin de semana, los alumnos de 12 a 16 años traten de iniciarse en lo que han leído en el instituto, y surjan dramas. El sábado, leo que una niña de 12 años fue violada por otros niños (Levante 26/3/11) ¿Influjo de la literatura porno-publicitaria?. La Generalitat del PP, gracias al humanista “Levante”, facilita que las niñas tengan nociones del arte de Venus; e incluso valorarán que apenas hay diferencia entre una uróloga y “Kati. Piso particular, masaje prostático anal...” (Levante, 23/3/11). En este diario que la Generalitat del PP introduce en los centros de enseñanza, también hay Educación para la Ciudadania y fomento del puterío efébico, por aquello de la paridad. Los niños conocen que tienen un porvenir: “la línea gay más morbosa. Solo chicos, contactos reales... Travesti, María, erección dura, lechera...” (Levante, 23/3/11).

Y aquí dejo la ironía. Hace tiempo, en la biblioteca de mi instituto, unas alumnas del Parque Ansaldo bromeaban y empujaban a un niño que, atento a su libro, no contestaba ni a pullas ni puyas. El tono de voz se hizo audible y, sorprendido, escuche algo brutal, muy desagradable en boca de unas niñas: “Maricón, límpiate la mierda o no te darán por el c...”. Rápidamente me acerqué a las alumnas que, casualmente, estaban de juerga con las páginas eróticas de un diario. La historia parece de las contadas por ciertos grupos religiosos para ser convincentes; pero su desenlace es más propio de un atormentado personaje secundario de Turgueniev o Dostoyevski.

Tímido niño de 13 ó 14 años, homosexual, era de familia humildísima, lindando la pobreza. Yo tuve a este alumno sólo tres meses. Cuando nos incorporamos después de Navidad, su asiento estaba vacío. Se había ahorcado en su desvencijada casucha de la Santa Faz. La policía nos dijo que tenía rozaduras con sangre en los tobillos, ¿movimientos para liberarse cuando ya era imposible?. Siempre me quedó la duda. El drama estremecio a todo el Instituto de Bachillerato de San Juan. Alguno se preguntará por qué el profesorado no actuó contra el acoso a este ser angelical. En mi caso, aunque catedrático, si las alumnas hubieran negado mi testimonio, hubiera prevalecido su opinión ante el inspector, generalmente politizado y complaciente con los padres.

Nada ha cambiado. Esta semana, además de criticar a canales de TV que programan porno nocturno, el diario inquisidor y putesco impartía lecciones magistrales de pedagogía a través de un “Comité de Expertos sobre Violencia Escolar de la C. Valenciana” (Levante, 27/3/11). Su progresista directora, Angela Serrano, autora del libro “Acoso y violencia en la escuela”, repetía la vieja y maloliente cantinela de que el agresor es la víctima: “El menor agresor ataca porque necesita llamar la atención y esto es una señal de alarma ante carencias afectivas y emocionales. El agresor, por tanto, no debe ser estigmatizado ni discriminado dentro del centro escolar, ya que necesita ayuda para solucionar su problema” (Levante, 27 /3/11). El niño ahorcado, al contrario, no necesita más ayuda que la del enterrador. En los institutos hay violencia, agresividad, sexo y drogas. Nosotros, y la Guardia Civil de San Juan, conocíamos a los que traían droga al centro, pero eran menores de 18 años y, por tanto, víctimas que no debían ser estigmatizados o discriminados; y ¡cuidadín!, llevaban navaja y conocían sus derechos.

Los pedagogos ensalzan la labor de la prensa en la escuela. En la biblioteca, si hay grupos en trabajos de lectura y análisis de periódicos, tres o cuatro alumnos por mesa, el profesor de guardia no puede controlar la tarea impuesta por el colega de otra materia; tampoco sabemos si están analizando el artículo en catalán (no valenciano) que les ha impuesto el colaboracionista de turno, o las tarifas reducidas de la “besucona travesti Nikol” (Levante, 23/3/11). El profesor debe atender dudas, prestar y recoger libros, rellenar impresos y, también, escuchar que nadie arranque o intente devorar, por ejemplo, páginas de una enciclopedia o poemas de Lorca (y no es broma). Además, si la Generalidad subvenciona periódicos para que introduzcan páginas de consejos publicitarios de doble penetración al alcance de niñas de 12 a 16 años, será con la autorización del excelentísimo Camps. ¿Hasta qué punto tiene autoridad, un simple profesor, para retirar prensa progresista a unas niñas que desean aprender?.

En el mismo medio aparecen anuncios de la Generalidad del PP en catalán, no en valenciano: “Llum de les Imatges, Desemparats, diumenge, amb, dimarts...”(véase DHIVAM); y artículos para catalanizar niños, como los del militante prototipo del PP, un tan Lluís Bertomeu Torner (¡uf! ¿familia meua?, ma mare era Moya Torner), antiguo miembro de UV mutado en feliz panegirista de la grandeza moral e intelectual de Camps y sus amiguitos del alma. Me preocupa este rollizo individuo. Cualquier día revienta de placer y nos llena de colesterol nuestro Reino de Valencia. En fin, no tengo humor para hablar de ejemplares que, insultando a la inteligencia, repiten hasta la náusea una y mil veces las glorias culturales y económicas del PP del Gürtel.

El diario putesco por antonomasia del Reino de Valencia rebosa de valores literarios, hay que reconocerlo, útiles para que las niñas hagan análisis de texto. ¿Qué me dicen de la delicatessen morfosemántica “ninfómama”? (Levante, 23/3/11). La etimología popular ideó este neologismo entendible al vulgo. El hallazgo habría deleitado a los anacreónticos, e incluso a los culteranos del Barroco. Semicultismo espontáneo de máxima expresividad, aunque jergal, su génesis etimológica no es tan rústica.

Las niñas que lean el Levante deben saber que pertenece al acervo léxico de las mamíferas adultas. El adjetivo “ninfómama”, también sustantivo de profesión, no alude a una devota de San Mamante o Mamés; procede del latín helenístico “nympha, -ae”, encontrándose en los idiomas cultos hispánicos del siglo XV —en valenciano (Roig, 1460) y castellano (Villena, c.1430)—, con dudas morfológicas de más o menos fidelidad al étimo, como muestra el primer libro impreso en España: “magnifficha / Minerva gran e Nimpha de Diana” (Trobes, Valencia, 1474). Poco a poco alcanzaría la grafía simplificada del valenciano moderno: “pensí que serien nimfes” (Salzedo: Vida de Hier. Pascual, Valencia, 1614); “les ninfes del meu Turia” (Orti, M. A.: 2º Cent. San Vicente, Valencia, 1656). “de ninfes...” (Coloqui de Pep de Alboraya, c. 1790); “ninfes” (Escrig: Dicc. valenciano, 1851); “sis ninfes ixen del riu” (Sendín: Rusafa, 1928). Polisémica, también equivale a mujer que comercia con su sexo: “mantindre a cost y costes a una ninfa” (León, C.: Arenga crítica, Valencia, 1789). En catalán es voz más tardía.

De aquellas mitológicas ninfas o doncellas que poblaban campiñas y lugares acuáticos, acechadas por lascivos sátiros o el mismísimo Priapo presentando armas, nacieron voces compuestas como “ninfomanía” y “ninfómana”: doncella que padece patología sexual; que no es el caso de la cerebral y profesional “ninfómama”.

Lo cierto es que la Generalitat del PP y el diario progresista parecen decididos a despertar vocaciones en las niñas de 12 a 16 años. No hay día que no destile normas de sabiduría pedagógica: “La ideología del padre no puede marcar lo que estudie su hija” (Levante, 27/3/11). Así que el padre, que ha conseguido limitar el contenido de internet a su niña, no puede impedir que estudie las imágenes de las putas Sandy, Juliana, Tamara o Lola tocandose las sandías en “foto real” (Levante, 23/3 /11), o que conozca los detalles del arte venéreo más interesante. En realidad, ¡pobres putas!; entre lo que les roba el chulo y les cuesta la comida, droga, cama y, por supuesto, la publicidad en el diario de la burguesía catalanera... ¡qué les queda!.

El antaño Reino de Valencia, degradado a putesca Comunidad, rebosa de asesores catalaneros y pedagogos protectores de bestias humanas; pero, sin embargo, no tenemos un “Jurat d’Agrávits” que, aunque teatralmente (com els chiquets dels Milacres de Sent Vicent), recrimine a los que ofrecen en bandeja de papel el mundo de la prostitución a niñas de 12 a 16 años. En este teatro chino de faisanes y bigotes, me temo que si algún tribunal condenara a Camps y a Francesc Piera, director del “Levante”, la pena impuesta sería la de visitar un mes y un día a la reina del látigo, señora que se anuncia, ¡cómo no¡, en el diario de marras: “Tu ama te espera para castigarte. ¿Te has portado mal?. Llámame” (Levante, 23/ 3/11).

Y la Prensa Ibérica sigue haciendo caja gracias a la Generalitat del PP y las putas. Hoy, 30 de marzo de 2011, el Levante llega calentito y lechoso para cumplir con la doble penetración a las niñas valencianas de 12 a 16 años. La penetración del catalán es la habitual: espacio para los Tonetxo Pardiñas de la ‘Escola valenciana’ en catalán, artículos del Voro Torrijos o Vicent Alvarez, páginas de “Aula, suplement escolar” en catalán (no valenciano”), etc. Y la penetración de la cultura de la prostitución llega a las niñas con muchas putas, muchísimas, en paradigmáticos anuncios e imágenes: “japonesas de Osaka, 19 años” (sin radioactividad, se sobreentiende); ”empresaria española, culta, exquisita ¡hago de todo!... prostático, anal, beso negro, griego...” (Levante, 30/3/11), etc.; y, por supuesto, putas universitarias, algunas encasilladas junto a “maduras, universitarias, infieles”. En el mercantil putesco valenciano hay gran demanda de las nuevas putas, recién salidas de institutos de bachillerato: ”Se necesitan chicas, 18 años... muchísima clientela”, “Señoritas, 18... mucho trabajo”, “solicito señoritas 18... mínimo 200 euros hora” (Levante, 30/3/11), etc.

¡Qué sería de nosotros sin la tutela moral de esta prensa pedagógica y progresista!. Pensemos que llega Camps o el Director del Levante a nuestra puerta y nos ofrece un folleto sobre doble penetración, el travesti de erección lechosa, beso negro, francés completo, etc. Y, además, pretenden que lo depositemos en la habitación de nuestra hija de 12 ó 13 años. ¿Lo admitiríamos? . Es lo que ocurre en los centros de enseñanza de esta sociedad hipócrita de los Camps, Angel Luna, Mónica Oltra, Font de Mora, etc.¡Che, ara que heu pense! ¿Ahón s’amaguen la retafila de flares trabuquers (cat. ‘trabucaires’), canonges, motilons y retors catalaners que asbramen en el Levante? ¿Per qué callen com a putes davant d’estes porcaes?. ¡Ay, tartufos, vos vaig a enviar a l’ama pera que vos calfe la badana!

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Subsistix a Espanya no sols la diversitat de lleis sino tambe d’ idiomes. Es parla encara en gallec, en bable, en vasc, en catala, en mallorqui i en Valencià
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