¡¡¡Cómo aman a Valencia!!!

Per Juan Vanrell Nadal

El sentimiento de amor a la familia y al pueblo en que se ha nacido es natural e inmanente. Su expresión tiene varias manifestaciones. La más frecuente es la de los que buscamos seguridad y cobijo protector. Pero hay también los casos admirables de los que dignifican este sentimiento hasta la excelencia. Son los que emulan la idea kenediana: “Olvida lo que la Patria puede hacer por ti. Piensa lo que tú puedes hacer por ella” …

En Valencia hay un maravilloso grupo de valencianos que forman parte de esta élite. Su rendido amor a Valencia, no en busca de lo que Valencia puede darles, sino de lo que ellos son capaces de ofrecerle, les hace excepcionales. Al servicio de Valencia ponen su vida, su fortuna y su gloria.

Hace tiempo que lo descubrí en un joven abogado, Juan García Sentandreu, maldecido por muchos. Sus detractores magnifican sus defectos. Quizá, para algunos, sea la evasiva a su racanería valenciana por creerse -de boquilla, sin obras- los mejores valencianos; pero, luego, “de forment, ni un gra”… Lamentablemente éste es el alardeo de demasiados políticos de todo signo y color que, bajo el lema de “servicio al pueblo”, sólo sirven al interés de sus bolsillos. Lo que me decía mi colega francés, André: “Qu’il nous gouvernent les riches!”, porque los ricos ya tienen el saco medio lleno, mientras que los otros, como lo tienen vacío, arramblan con todo para llenar su saco y el de los suyos…

Estos y parecidos pensamientos me asaltaban en el acto entrañable del “PREMI LLEALTAT 2010”, en la persona de D. José Alba Julià, el pasado día 4 de junio. El año pasado el distinguido honor de este Premio recayó en mi humilde persona. Recogí el testigo que dejaba el gran valenciano D. Anfós Ramón, poeta eternamente joven a sus casi 90 años y verdadero “Aussias March” de nuestra época. Premio entrañable que no olvidaré nunca, que siempre agradeceré. Reconozco que muchísimos otros miembros del GRUP lo merecían muchísima más que yo. En mí quisieron premiar la LEALTAD de un mallorquín que defendía y defiende LA VERDAD de la lengua valenciana con el mismo tesón y valentía que pone en la defensa de la balear. Esta LEALTAD a ambas lenguas es inquebrantable e insobornable. Nos avala la verdad de la Historia y de la Filología: “El pueblo valenciano y el balear ha hecho cada uno, por sí para sí, su lengua propia”.

Mientras recordaba mi homenaje pasado, volvía a revivir el acendrado valencianismo desbordante del GRUP. ¿Ha calculado alguien la enorme cantidad de dinero que el citado Sr. Sentandreu ha dedicado al sostenimiento firme de la lengua valenciana, siempre azotada por los impertinentes vendavales del obcecado pancatalanismo?. Otra gran cantidad de dinero destinaron Juan Lladró y Héctor Gimeno con la creación del “VALENCIA HUI”. No pudieron culminarlo por el vacío vergonzoso de un PP valenciano, ambiguo y claudicante en lo referente al valencianismo auténtico. Lo citado es AMAR A VALENCIA. No, la actuación muy bien pagada de la nefasta AVL (¿de qué lengua?), descaradamente rendida a las normas del Institut d’Estudis Catalans. Nuestra Generalitat, en vez de malgastar tantos millones de euros en la catalanista AVL, debería destinarlos al GAV, a la RACV, a LO RAT PENAT, a la CARDONA Y VIVES y a los grupos genuinamente defensores -¡¡con las cuotas de sus bolsillos!!- del valenciano ancestral. Puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que de esta manera las señas de identidad valencianas estarían mucho mejor y más ardientemente defendidas en Madrid, en Bruselas y donde haga falta.

En Valencia hay valencianos que se entregan totalmente a ella sin contrapartidas. El propio premiado, José Alba, viene dando muestras admirables de amor acrisolado a su tierra. Hace 33 años que pertenece al GRUP, del que casi siempre ha sido su tesorero. Con una sinceridad sobrecogedora nos confesó que está tan identificado con la causa de Valencia que no tendría inconveniente encontrar la muerte trabajando por ella. “Se quejan de que quiero más al GRUP más que a mi familia. No es así. Mi familia es mi gran amor y el mejor regalo. Aquella mesa integrada completamente por mis hijos y nietos es lo que más quiero. Esto sí, al GRUP lo quiero más que a mí mismo”. En la línea de esta entrega generosa se fueron desgranando nombres y hechos de valencianos preclaros: Giner Boira, martillo del catalanismo falsario y baluarte del GRUP. Paco Domingo, siempre dispuesto en su ayuda a tapar deudas, disminuyendo luego la devolución. Vicente Baixauli, allí presente a sus 90 años, que para la fundación del GRUP aportó más de un millón de las antiguas pesetas y confeccionó el asta de madera noble de la Señera… Siguieron desfilando nombres distinguidos. Me limitaré al doctor Gil Barberà y al alcalde Ramón Izquierdo, con los que tuve la suerte de compartir mesa en la cena del “LLEALTAT 2007”. Ambos, desde su atalaya de LUZ y de PAZ, siguen siendo guardianes de su tierra. A Gil Barberà se le humedecían los ojos siempre que yo recitaba la poesía bellísima que el Rusafí dedicó a su idolatrada Valencia. Por cierto, los tres -Gil, Ramón y Baixauli- fueron en su día merecidísimos “PREMI LLEALTAT”.

Para terminar, debo destacar el admirable empuje de la pléyade numerosa de jóvenes del GRUP, “LA JOYA DE LA CORONA”, que con su entusiasmo nos rejuvenecieron. Me emocionó, una vez más, su convencida entrega a la causa de su Valencia. Se identifican decididamente con quienes ven que son auténticamente valencianos. El año pasado se identificaron con el “LEAL 2009”, proclamando al unísono “¡TOTS SOM EN JUAN VANRELL!”. Este año, con idéntica fuerza repetían “TOTS SOM EN PEP ALBA!”. ¡Qué suerte tiene Valencia con una juventud tan maravillosa!...

Realmente, ¡¡¡CÓMO Y CUÁNTO AMAN A VALENCIA los valencianos del GAV!!!

Juan Vanrell Nadal. Catedrático de Francés. Pte. de la Acadèmi de sa Llengo Baléà

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