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Obsesiva pretensión

Per José Vicente Gómez Bayarri

Se ha celebrado la Feria del Libro de Fráncfort. En esta edición de 2008 se ha rendido homenaje a la cultura catalana. Diversos representantes políticos y de instituciones culturales hicieron acto de presencia en el evento. Las opiniones sobre los resultados han sido divergentes y la visita a los stands no ha sido numerosa. Cabría recordar los versos de Campoamor: "nada es verdad, nada es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira".

Sin embargo, lo verdaderamente cierto es que el certamen ha tenido una alta connotación política, según deducimos de las declaraciones efectuadas y recogidas en los medios de comunicación. El vicepresidente de la Generalitat catalana, Carod-Rovira, afirmó que en Alemania está casi presente el "abecedario catalán", lamentando que faltara la "V" de Valencia", y aseveró que el "Institut Ramon Llull" tiene que ser el instrumento de vertebración de toda la cultura catalana.

Igualmente fueron llamativas las declaraciones del presidente del Gobierno balear, el socialista Francesc Antich, que ratificó plenamente el pensamiento del republicano anexionista Carod-Rovira. Consecuentemente, debemos entender que los independentistas catalanes y los socialistas de Baleares coinciden en incluir, sin reservas, la cultura valenciana en el ámbito catalán.

Solamente desde esta concepción de absorción se comprende que incorporen las genuinas manifestaciones festivas valencianas de los Moros y Cristianos y las Fallas en la etnología catalana; que incluyan la representación gastronómica más universal y representativa valenciana, la paella, junto con los calçots catalanes, o que el valenciano Josep Renau, excelente artista valenciano de la Segunda República Española, exiliado en la Alemania comunista del Este, sea considerado el personaje más internacional de la cultura catalana del siglo XX en el campo del fotomontaje y del cartelismo político.

Es llamativo para muchos valencianos el apoyo institucional del municipio de Morella, presidido por Ximo Puig, del alcalde de Gandia, José Manuel Orengo, y del primer mandatario de Sueca, Joan Baldoví, tres alcaldes socialistas, que sin escrúpulos firmaron un convenio de participación con Josep Bargalló, presidente de la institución Institut Ramon Llull.

También es significativo que acudieran a Alemania representantes de la Associació d´Editors del País Valencià y de la estatutaria Acadèmia Valenciana de la Llengua, institución administrativa encargada de velar y difundir el idioma valenciano, sostenida por el erario público de la Generalitat valenciana.

Esta feria internacional no ha estado exenta de polémica, y ha sido una plataforma idónea para propagar la idea de la inclusión de la cultura valenciana dentro del ámbito catalán. El objetivo es muy simple: acabar con la lengua y la cultura valenciana, y con el particular proceso histórico de la actual Comunidad Valenciana, si fuera posible.

La propensión en ciertos sectores políticos y culturales catalanes y valencianos que actúan en connivencia favorece la creación de la entelequia anticonstitucional de los Países Catalanes. Se pretende materializar una vieja aspiración política, de cuño imperialista, por vía pseudocultural.

¿Y qué opinión les merece estos hechos a los políticos valencianos que nos gobiernan? El silencio, salvo excepciones, ha sido la respuesta de la Generalitat valenciana.

Personalmente, comprendemos las ansias integristas de nuestros vecinos del norte, respetamos sus proyectos políticos aunque no los compartimos, pero nos preocupa la actitud de indiferencia y desidia de nuestros representantes en la Comunidad Valenciana.